Se han añadido muchos nuevos retos en comparación con las dificultades que todo empresario tenía que afrontar en el pasado. El mercado ha cambiado, el mundo ha cambiado y la forma de hacer negocios también.
En efecto, la revolución tecnológica ha hecho evolucionar los medios, las herramientas, los canales, pero también el enfoque, la organización y la gestión del trabajo.
¿Qué es la mentalidad emprendedora?
El cambio de cualquier tipo siempre empieza internamente, trabajando en tu propia mentalidad.
Si quieres cambiar tu vida, primero debes tomar conciencia de ti mismo y prepararte para lo que te rodea.
Lo primero que hay que hacer es darse cuenta de que estás anclado en viejas formas de hacer las cosas que ya no funcionan o que tienes comportamientos que son perjudiciales para ti mismo… o para tu negocio.
Entonces, deshazte de estas cargas cambiando tu perspectiva. Levanta la vista para mirar a tu alrededor y considera opciones más innovadoras y acordes con los tiempos.
Ser un empresario de éxito significa insertarse con tu producto o servicio en el mercado, aprovechando las oportunidades que este ofrece.
La mentalidad emprendedora actual es la capacidad de percibir, actuar y organizarse rápidamente, incluso en situaciones inciertas. Pero también significa tener la fuerza para perseverar, aceptar y aprender de los errores.
La mentalidad es algo que te pertenece y que puedes trabajar tú mismo. Sigue mi consejo y practica el desarrollo de la mentalidad empresarial.
Aquí están los 8 cambios de mentalidad que necesitas adoptar para lograr tus resultados.
Actuar con intención
La mayoría de las personas no toman su vida en sus manos, sino que se dejan llevar por los acontecimientos.
¿Qué significa esto?
Que, si no actúas con intención, las cosas pueden salir bien o mal, pero no depende de ti. Si dejas que las situaciones dirijan el juego, no decidirás por tu vida.
Si quieres vivir tu mejor vida, tienes que tomar las riendas de tu destino en tus manos y actuar.
Por supuesto, esto implica trabajo duro y mucha motivación. Pero para ser un empresario de éxito y crecer personalmente, hay que estar dispuesto a mantener los esfuerzos.
Aléjate de las cosas que te hacen perder el tiempo. Deja de lado las cosas innecesarias que absorben tu energía y tus finanzas.
Concéntrate en lo que necesitas hacer para crear tu mejor realidad. Siempre hay que estar orgulloso de las decisiones que se toman y ver la situación en su conjunto, sobre todo si se es jefe de una empresa.
Descubre tu poder
¿A qué poder interior recurres para superar los obstáculos?
Cada uno de nosotros tiene un poder en su interior. El truco está en descubrirlo y aprovechar todo su potencial para afrontar cada situación de frente.
La otra cara de la moneda es que la mayoría de nosotros no somos realmente conscientes de nuestro propio poder. Además, a menudo ni siquiera sabemos cómo aprovecharlo.
Conócete a ti mismo y no tengas miedo de lo que eres. Con el autoconocimiento y una actitud positiva y proactiva sabrás exactamente qué hacer para traducir tus pensamientos en acción.
Centrarse en la calidad
Aprende a centrarte en la calidad más que en la cantidad. Sé que, como cualquier empresario, estás centrado en el número de cosas que logras cada día.
Suele ocurrir que, si se intenta hacer demasiadas cosas a la vez, no se puede hacer todo con la misma energía.
La mentalidad empresarial debe llevarte a conseguir lo máximo pero sin olvidar los valores cualitativos. Tus recursos personales, que son el tiempo, la energía y la creatividad, se agotarán si no les permites renovarse.
En el mercado actual, la oferta supera la demanda. Puedes destacar por tu excelente trabajo haciendo que la gente hable de ti y aportando los mejores resultados.
Hay que entender bien en qué invertir los recursos para construir una reputación sólida. Esto realmente hará que tu negocio avance.
Valorar a los demás
Ayudar a los demás en su propio camino de crecimiento no es sólo algo agradable. Tú también ganas, sobre todo si lo haces con la gente con la que trabajas.
¿Sabes cuál es el primer paso para tener éxito?
Deja de ser egocéntrico.
Sé que no lo haces a propósito. Al fin y al cabo, eres un empresario y, como tal, estás acostumbrado -y a veces obligado- a tomar el control de cada situación.
Pero esto sólo es válido si realmente haces lo que es bueno para tu negocio.
¿Saben cuántos empresarios he visto que han hecho colapsar sus negocios sin siquiera darse cuenta?
Más de lo que me hubiera gustado.
Como líder de tu empresa, tienes que hacer el bien con tus recursos internos porque son los que te ayudan a afrontar las batallas.
Seguir aprendiendo
El conocimiento es poder. ¿Cuántas veces has oído eso? ¡No hay frase más cierta!
Todo empresario de éxito nunca deja de aprender porque eso es lo que le permite encontrar soluciones a cada problema.
Tienes que forjar tu mentalidad de empresario a través de la información. Los conocimientos se convierten en habilidades, y estás en energía que se convierte en acción.
Y es importante que te rodees de personas con las mismas ganas de saber y aprender. Los mejores recursos son los que tienen ganas de mejorar, porque puedes estar seguro de que lo que saben mañana será más de lo que saben hoy.
Pensar y actuar a lo grande
El éxito no se consigue sin más; se llega a él apuntando directamente a lo que se quiere. De hecho, tienes que apuntar mucho más alto para asegurarte de llegar a un buen nivel.
También puede ocurrir que te sientas inspirado para un proyecto importante, pero tengas miedo de no tener éxito. Puede que vayas en la dirección correcta, pero debido a tus dudas no ves el camino.
No permitas que estos pensamientos te retengan.
Acepta tu objetivo, por muy grande que sea, y divídelo en muchos objetivos intermedios para no perder el rumbo y trabajar intensamente hacia el resultado.
Destierra de tu vocabulario estas expresiones «nunca lo he hecho antes», «estoy acostumbrado» o «siempre lo he hecho así».
Aprender del fracaso
El fracaso es el demonio de todo desafío. Tenemos tanto miedo al fracaso que la tensión nos lleva a menudo a no actuar.
Pero hay que fracasar con inteligencia.
¿Cuál es la diferencia con el fracaso normal?
La gran diferencia es poder aprender del error cometido. Si después de un error tu pensamiento es dejarlo pasar, entonces habrás tirado por la borda tanto el proceso como el propio fracaso.
Esta es una actitud que no conviene en absoluto a un empresario.
Tienes que entender por qué te has equivocado y utilizar ese conocimiento para hacerlo aún mejor. Debes tener lo que se llama una mentalidad de crecimiento.
Si te rindes nunca irás a ninguna parte. De hecho, si no te levantas después de una caída, te aplastarás.
Los errores forman parte de cualquier tipo de crecimiento, ya sea el de un niño que se convierte en adolescente y luego en adulto, o el de un empresario que inicia su propio negocio.
Concéntrate en tú «por qué».
Tómate un momento y pregúntate «¿Por qué hago lo que hago?».
Empezar por el porqué, como dice Simon Sinek, te ayudará a tener siempre una fuerte motivación para seguir adelante. Esta es la clave para entender cómo conseguir las cosas que realmente quieres en la vida y para enfocar tu energía de la mejor manera posible.
Tener un propósito claro te permite construir mejor toda tu estrategia para llegar a él. Todo lo que hagas tendrá siempre el mismo propósito y tu camino será lineal y consistente.
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